sábado, 26 de diciembre de 2015

Gracias por entrar a mi vida en el momento que más lo necesitaba

Siempre he pensado que en toda relación hay momentos maravillosos, pero también momentos que te enseñan a ser más fuerte y unidos como pareja, momentos que marcarán la relación y a cada uno para siempre. Pero cuando pasan estos momentos no pensamos en la persona que tenemos al lado, en cómo nos hizo cambiar o cómo entró a nuestra vida.

Cuando te conocí supe que harías toda una revolución en mi historia, fueras mi pareja o no. Sabía que serias la razón de mis sonrisas, que serias mis ganas de superarme en todos los aspectos. Y así fue. Cambiaste todo mi panorama, mi manera de ver la vida, me diste motivos para superarme, me ayudaste a crecer y madurar. Me hiciste entender que no todos los hombres son iguales, que a pesar de haber tenido malas relaciones, no te desquitarías conmigo y me entregaste tu entera confianza. Me ayudaste constantemente a entender que la vida en pareja es complicada, pero que si hay amor de por medio, atención y comunicación, siempre habrá salida a cualquier problema.
Me hiciste sentir segura, me olvidé de esa armadura que cargaba conmigo día a día, porque sabía que estando contigo, no era necesaria. Para darte mi corazón al cien por ciento.
Tengo que decir que después de tantas malas experiencias tuve miedo, por primera vez tuve miedo de que esto que nos pasaba fuera mentira, de que toda la historia se volviera a repetir. Pero gracias a ti, a tu mirada tan cálida, tu apoyo incondicional, tu paciencia, tu tacto, y tu enorme corazón, toda mi perspectiva cambió. Pasaste de ser un desconocido a la persona más importante en mi vida.
Tomaste mi corazón y uniste los pedazos, me provocaste que deseara ser una mejor persona, eso es lo que más te agradezco, porque sé que si no te hubiera conocido no tendría tantas sonrisas y momentos plasmados en mi memoria.
Cambiaste mi vida, la hiciste maravillosa, la llenaste de amor y paciencia. Me cambiaste a mí, guiaste mi camino junto con el tuyo, y para ser sincera no quiero otro camino que no sea a tu lado.
Gracias por no esquivar mi mirada, gracias por estar ahí justo en ese momento, gracias por tocar mi corazón, gracias por cada palabra, cada abrazo, cada momento que me entregas, gracias por tus secretos. Gracias por ser tú, en toda tu esencia.
Gracias por entrar a mi vida en el momento que más lo necesitaba, siendo la persona que siempre había buscado. Gracias por llenar mi vida de color.

“Sólo porque me haces querer serlo”.


Voy a ser la mejor esposa del mundo. Sí. Voy a serlo porque quiero, porque tú lo eres conmigo. Me voy a reír de todas tus bromas, incluso si significa que seré la única riéndome contigo. Voy a sonreír cada vez que nuestras miradas se encuentren, porque lo siento así. Voy a pasar mis domingos contigo, viéndote saltar de emoción cuando tu equipo favorito marque un gol, siempre que tu me acompañes a una librería de vez en cuando. Te voy a ayudar a preparar la cena, pero sólo si prometes ayudarme a limpiar después. Y si me quieres ahí contigo, veremos todas las películas de acción y superhéroes juntos, pero sólo si estás dispuesto a ver una comedia romántica conmigo. También voy a tomar cerveza (o vino) contigo mientras me hablas de cómo te fue en el trabajo. Y cuando estés enfermo, voy a hacer mi mejor esfuerzo para hacerte sentir mejor con todas las caricias y besos que pueda darte. Y espero que tú hagas lo mismo.
Voy a darte tu propio espacio. Y espero que tú me des el mío. Voy a preguntarte cómo estuvo tu día –no por rutina, si no por curiosidad-, porque quiero saber qué partes de tu día te hicieron sonreír y cuáles te hicieron enojar. Voy a sorprenderte en distintas ocasiones, y a mimarte diariamente. Igual que espero que tú lo hagas por mí.

Prometo serte leal. Porque al final del día, eres el único que quiero. Voy a ser la que comparta tus esperanzas, tus sueños y tus miedos. Seré tu diario andante. Seré real, y prometo decirte las cosas como son. Porque no mereces menos. Haré lo posible por considerar tus pensamientos y sentimientos, y aunque no sea capaz de llenar tus zapatos de talla 40, haré mi mejor esfuerzo por caminar con ellos antes de juzgar tus pasos. Así que espero que tú trates de ponerte en mi lugar también.
Voy a gritar y voy a llorar. Mis inseguridades y celos eventualmente van a salir a la luz sin importar cuánto trate de esconderlas. Habrán ocasiones en las que no tendrán mucho sentido. Cuando esté confusa o preocupada, voy a hacer preguntas, muchas preguntas. A veces van a ser largas y estúpidas, así que voy a necesitar que seas paciente conmigo. Voy a darte largos silencios cuando esté molesta, y voy a evitar contacto contigo cuando no esté lista para hablarte. También voy a hacerte enfadar, pero como no soy capaz de leer tu mente, voy a necesitar que me lo digas. Y mientras discutamos, voy a intentar considerar tus sentimientos y ser justa. Así que te pido que tú hagas lo mismo por mí.
Voy a tratarte como me gustaría que tú me tratases. Quiero ser todo lo bueno para ti, y aunque ya sé que no siempre puede ser así, voy a esforzarme. No puedo prometerte que seré perfecta, pero como tu esposa, voy a hacer todo lo que pueda para ser la mejor.
Sólo porque me haces querer serlo.

EL AMOR. Carta de Albert Einstein a su hija

A Lieserl Einstein. Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmi...