viernes, 22 de mayo de 2015

YO INVITO

“Algunos piensan que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse” (Gabriel García Márquez)
Eres tan predecible. Siempre quieres saber más acerca del amor, pero nunca quieres abordar el tema de la muerte. El gran tema es que hasta que no te des cuenta que tu paso por esta vida es breve, tampoco tendrás la capacidad de amar apasionadamente. El ejercicio puede darte algunos latidos más. La medicina algunos respiros extras. Pero aunque no lo creas, la mejor manera de enamorarte de verdad, es sabiendo que hay una muerte.
De hecho, el único salmo atribuido a la pluma de Moisés dice: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” (Salmos 90:12) El que es sabio tiene en cuenta la brevedad de la vida.
Dejando en claro esto, solo tienes tres formas de encarar el amor: La primera es con una vida de reacción, o sea, avanzas hasta que alguien te obliga a cambiar de dirección. Amas siempre y cuando te amen primero. Siempre estás dependiendo de la iniciativa de otras personas. Si no te dicen que te aman, jamás te permites decir lo que sientes, por miedo al rechazo o a no ser correspondida. (Si a esto le sumas que los hombres audaces son casi una especie en extinción, realmente tienes un grave problema).
La segunda forma es una vida de conformismo. Con esa predisposición mental, vives amoldándote a la soledad (sea como sea que la estés viviendo, el actor Robin Williams dijo la triste y célebre frase: “Solía pensar que la peor cosa en la vida era terminar solo. Pero no lo es. Lo peor de la vida es terminar con alguien que te hace sentir solo”). No existe peor fracaso que no haberlo intentado. Si eliges amar, has ganado media batalla. Si no eliges nada, has ganado media derrota.
La tercera manera es una vida de intencionalidad. Es la manera en que eliges amar. Si no haces esa transición, estarás en apuros. De automático a manual. De dejarte llevar a provocarlo. De involuntario a intencional. El amor requiere intencionalidad. Necesitas dejar de pensar a quien le corresponde amar o arriesgarse primero, y decirle que lo amas con toda tu alma. Las relaciones afectivas nunca son estáticas, siempre están en movimiento, o cada días lo amas mas o cada día lo amas un poco menos. Las frases “Todo está igual que antes” o “Nada cambia” suenan románticas pero suelen ser el certificado de defunción del verdadero amor.
Por eso es vital que tengas en cuenta que el tiempo pasa rápido y los recuerdos se desvanecen. La gente se va, pero el corazón nunca olvida. 
Te olvidas de las cosas que te dicen pero nunca de cómo te han hecho sentir. Y a veces las cosas mas pequeñas son las que ocupan más espacio en el corazón de una mujer. 
Quiero que sepas que estoy consciente que te sientes plena cuando conoces a alguien que siempre escucha como fue tu día, que soporta tus cambios de humor, tus locuras, tus enojos, tu risa y tus preguntas raras. 
Después de todo, ser mujer es ser princesa a los 15, bella a los 20, pasional a los 35, inolvidable a los 45, dama a los 60 y hermosa toda la vida. Por eso es muy importante que recuerdes que hay gente con la que perderás el tiempo, y otras con las que perderás la noción del tiempo (y esta última es la que realmente vale la pena).
Cuando amas sabiendo que la vida es una sola y no admite una segunda chance, puedes mirar a quien amas directamente a los ojos y decirle: “Puedes reprocharme muchas cosas, menos que no me entregué completamente, menos que no me dediqué a ti, menos que no fui honesta, menos que no entregué lo mejor de mi, menos que no confié en ti, menos que no te di libertad, menos que no te respeté, menos que no dije y demostré mis sentimientos, menos que no fui yo, porque no puse máscaras, no utilicé estrategias, no guardé apariencias, en cada momento fui yo, con miedos sí, con dudas también pero sin embargo seguí siendo yo...y desnudé mi alma ante ti”
Por eso, cuida de no enamorarte solo de quien abre las puertas de tu corazón, sino de quien tire las llaves y se encierre contigo. La vida es corta. Perdona rápido, no discutas por tonterías, besa lento, ama de verdad, cela un poco, ríete sin control y nunca dejes de sonreír, por más extraño que sea el motivo. Puede que la vida no sea la fiesta que esperabas, pero mientras estés aquí, tienes que bailar. Después de todo, la vida no se mide en minutos, sino en momentos.
El genial escritor Max Lucado supo escribir: “Vive como un niño; juega mucho, ríe mucho y déjale las preocupaciones al Padre”.
No te olvides que todo lo bueno en esta vida siempre te despeina: Correr, saltar, ducharte, bailar, dar a luz, nadar, las montañas rusas, el viento del verano, reír a carcajadas y hacer el amor. Así que, Dios quiera que vivas la vida con el cabello hecho un desastre!

En resumen: Una vez que te des cuenta que algún día vas a irte de esta tierra, apúrate en conocer a esa persona que logre hacerte feliz con cualquier tontería, y apenas la veas dile: “Te apuesto un beso a que vas a querer otro. Vamos a enamorarnos…yo invito”

¿Y me preguntas por qué te amo?

Te amo porque cuando estamos juntos me desconecto del mundo, puedo ser sincero.
Porque eres una persona especial, porque entiendes cada uno de mis problemas, y buscas conmigo una solución a todo lo que me pasa.
Porque eres capaz de cualquier cosa por verme feliz, porque me haces enfadare, pero a los 5 minutos ya estamos riendo otra vez, eres la persona con la que puedo reír o llorar juntos, y con la que puedo ser yo mismo sin tener que mentir ni fingir algo que no soy, porque te das cuenta de que estoy mal aunque tenga dibujada una sonrisa en mi cara, porque me complementas a pesar de no tener los mismos gustos, porque aguantas todos mis enfados, mis celos y mis manías.
Porque me escuchas aunque te hable siempre de las mismas cosas, porque me retas cuando hago cosas tontas, porque me das buenos consejos, porque eres una de las pocas personas que siempre está para mí, sin importar nada.
Porque cuando te veo conectada, me siento la persona más feliz del mundo, pero cuando te vas, comienzo a echarte de menos.
Te amo porque me levantas el ánimo con cada palabra que me dices. Porque siempre sabes exactamente qué decir, y a mí me dejas sin palabras y con una sonrisa tonta.

Gracias por ser como eres. Gracias por hacerme inmensamente feliz. Te amo.

¿SERA MUCHO PEDIR?

(Escribe una mujer enamorada de ese tipo de hombre que ya no abunda)

Hay muchas cosas con las que nos podemos conformar en la vida. Sin embargo, la única cosa con la que nunca debemos conformarnos es en el amor. Nunca deberíamos conformarnos con alguien que no reconoce lo que está sosteniendo al sujetar nuestras manos o alguien que no nos recuerde todos los días lo mucho que significamos para él.
Lo que realmente nos merecemos es… bueno, todo.
Lo que me merezco es a alguien que me extrañe apenas salga por la puerta, incluso si sólo me voy por un momento o apenas corte el teléfono con él. Me merezco a alguien que no crea en cuentos de hadas, pero que sí me trate como una princesa, simplemente porque eso es lo que soy para él.
Alguien que comparta sus pensamientos conmigo de forma honesta, porque vamos a compartir nuestras vidas de forma honesta juntos. Además, alguien que sepa perdonar y ser feliz, en lugar de buscar tener siempre la razón. Me merezco una pasión que despierte todo aquello que creía dormido en mi y que descubra a esa mujer que nunca me animé a mostrarle a nadie más. 
Me merezco sentirme amada siempre, y nunca dudar ni por un momento de lo que siente él por mí. Me merezco ser celebrada con ternura. Me merezco ese beso estremecedor que me haga temblar de pies a cabeza. Me merezco alguien que siempre elija el asiento de al lado y que nunca tenga que presumir de lo afortunado que es, porque todos pueden verlo claramente en su rostro cada vez que me mira. Me merezco un amor verdadero y épico, que tenga todo lo anterior. Me merezco ser el sueño hecho realidad de alguien, y no alguien que me da por sentado.
Es por esa razón que no busco a un hombre cuya vida gire en torno a mí, pero sí quiero ser su primer pensamiento al despertar. Al acostarse nunca, porque yo espero estar ahí, a su lado, en el último parpadeo que tenga en su día. Que si sueña conmigo, el sueño le parezca mediocre comparado con la realidad vivida conmigo, durante todo el día. 
Es difícil amar hasta cierta medida a alguien, siempre llegamos a un punto en el que el amor se vuelve obsesión, queremos ser dueños de esa persona, pero no hay nada más bonito que esa persona pueda elegir y que siempre te elija a ti, cada bendita mañana.
Que nunca dude que lo deseo en todo momento, pero que tampoco me tenga segura. Cuando estamos seguros de algo o de alguien, deja de tener la misma importancia. Somos así de absurdos. 
Cada día debería ser una conquista nueva, un nuevo cruce de miradas, un primer beso (aunque ya me haya dado miles) una primera sonrisa tímida, un primer roce que me deje la piel de gallina y con ganas de decir que no pare, que no se detenga nunca.
Tampoco quiero que me confunda con una chica trofeo. Me gusta arreglarme, ponerme guapa, mirarme en todos los espejos, pero no por ello quiero que sólo me saque de paseo, ni que alardee de mí o que me busque solo cuando el tenga ganas. 
No hay nada más gratificante que presuman de ti, por supuesto, pero también que te disfruten a solas, sin nada más que un pijama…o ni siquiera eso.
Tampoco quiero que sea correcto en todos los aspectos de su vida, porque tampoco yo lo soy… no podría estar con alguien al que le falte un poco de esa locura, un poco de “eso no se puede hacer, pero qué importa!”, un poco de romper las normas y los prejuicios, pero que cuando tenga que tener cabeza…la tenga por los dos. 

O sea, que sea tan loco para encantarme, pero que ame mucho a Dios y sea tan caballero para cuidarme. ¿Será mucho pedir?

martes, 19 de mayo de 2015

MI MIEDO MAS GRANDE

Mi miedo no eres tú, soy yo.

Tocas el timbre de mi casa las 11 de la noche, salgo muy nerviosa, te saludo e invento que tengo sueño. El típico mecanismo de defensa de toda mujer que está nerviosa.
¿Por qué tengo miedo? ¿Por qué me da miedo ver tus fotos y sonreír?

1. Me da miedo sentir mariposas en el estómago.
2. Me da miedo pasarla tan bien a tu lado.
3. Me da miedo ver una llamada entrante que dice tu nombre, porque no sé cómo hablarte por ese medio.
4. Me da miedo que me gustes tanto.
5. Me da miedo estar confundida.

Todo eso que me da miedo, ¡me encanta! Pero no puedo avanzar. Tengo mucho miedo. Entonces, pasan los días, me haces sentir segura. Mantenemos todo en “secreto”, pero gritándolo al mundo. Mis amigos me dicen “año nuevo, chico nuevo”, pero no es la idea.
¿Qué pasó con mi tiempo a solas? ¿Qué pasó con mis planes de soltera este año? No puedes cerrarte las puertas de esa manera.
Siempre he sido de una romántica empedernida, de las que buscan su alma gemela en cualquier sitio, pero aprendí a estar sola y amarme primero a mí, segundo a mí y tercero a mí. Igual, yo te digo algo muy cierto, amiga mía: no puedes evitar lo que simplemente ha llegado a ti.
Mi miedo más grande es no estar a la altura de la situación, es una mezcla de sentimientos. Mi miedo más grande soy yo, pero, ¿sabes? ¡Estoy lista! Estoy lista para probarme una vez más a mí misma, aprender, arriesgar y ganar.

GRACIAS

Hoy voy a empezar confesándote que no existe ningún buen comienzo para este texto. Porque hoy, a pesar de la felicidad latente que me impulsa constantemente a levantar esas comisuras que tantas veces me has besado, estoy melancólica.
Hoy he saludado a Melancolía, que ha pasado a visitarme. Hoy ha decidido que había pasado demasiado tiempo y que teníamos que poner algunos asuntos al día. Hoy, esta amiga, ha llamado a las puertas de mi conciencia y me ha regañado por haberla tenido castigada tantos días. Nos hemos tomado el té de las emociones reprimidas. Sí, un té demasiado caliente. Un té que me ha quemado el corazón. Pero qué bien me ha ido esa visita, qué bien me ha sentado ese trago de lucidez y sinceridad. Mi amiga Melancolía ha venido a recordarme lo mucho que te quiero. Y, después de ese titular, he comenzado yo a escribir el resto de noticia. Verás:
Me perdería por las capitales de tu cuerpo cada mañana, y sé que encontraría las 7 maravillas en ti todas las noches. No hay premio más Gordo que poder despertar contigo entre las sábanas de tu cama, ni mayor tranquilidad que perder la cordura soñándote mientras duermes a mi lado. Porque, cariño,consigues que pierda el sentido de la realidad y, al mismo tiempo, que encuentre la esencia de las cosas importantes cuando me bajo en la misma parada de tren que tú: la que nos conduce hacia nuestra vida en común.
Eres la palabra que no encuentro, el sentimiento que no existe y la emoción que nunca había sentido. Eres las caricias que no me han dado y los besos que sólo se prueban en tus labios. Eres el proyecto que nunca tuve, y el sueño que no me robaron. Eres tú, y por ser tú, todo ha sido diferente.
De hecho, hoy Melancolía me ha dicho que tranquila. Que sólo me va a arrancar unos cuantos suspiros cada vez que te vayas y que las lágrimas, aunque amargas, nos van a saber muy dulces. También ha hablado con Distancia, su mejor amiga, y le ha informado de nuestra situación. Se ve que han estado conversando durante el café, esta mañana, y que Melancolía ha convencido a Distancia para que, por favor, no nos lo ponga más difícil. Ya las conoces. Son dos amigas que se conocen desde hace demasiado tiempo, no las podemos separar. Es demasiado pronto para que se vayan de nuestras vidas.
Ya sé que Distancia, a veces, es necesaria. No le reprocho nada. Me hace crecer. Y sé que Melancolía tiene buen fondo. Aparece cuando menos quiero que lo haga pero, a pesar de ser tan inoportuna, tiene la bondad de hacerlo para recordarme por qué he sido tan feliz.
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Por eso, cariño, te quiero. Porque sabes convivir con ellas tan bien como sé hacerlo yo. Y es que eres el complemento perfecto para ponerme y salir triunfante por la fiesta de la vida. Porque eres todas aquellas expresiones que hablan de encajar, y porque representas todas aquellas ideas que los estudiantes intentan descifrar entre los versos de Bécquer. Sin embargo, contigo, es imposible leer entre líneas. Porque no hace falta. La transparencia que me brindas es la octava maravilla que descubro en ti cada día de mi vida. Gracias.
Te has dado cuenta, ¿verdad? Me permites volar y, a lo alto, puedo verlo todo más claro. Me regalas las alas  y me desmontas las cadenas. Me preparas los trampolines pero también las colchonetas rellenas de “por si acasos”. Sí, esos “por si acasos” con los que también rellenamos las maletas. Y, concretamente,hablando de maletas, ya la tengo terminada.
Tengo la maleta del sábado preparada. En ella, me llevo sueños, ilusiones, proyectos, nervios, incertidumbre, ganas, iniciativa pero, por encima de todo, mucho amor. Me permites rellenar todas las maletas de mi vida con toda la confianza que tu corazón y tu mente me transmiten a cada paso que doy. Me permites viajar con maletas que pesan el doble de lo establecido y consigues convencer a las azafatas de Ryanair de que ese peso de más es imprescindible para esos viajes. Porque sin amor, les dices, yo no sería quien soy. Y claro, tú no quieres que me cambien, ni las personas, ni las circunstancias.
Consigues convencerme, sin hacerlo, de que no hay mejor lugar en este mundo que a tu lado, ni vida más real y satisfactoria que la que tiene que ver con un proyecto común.
Gracias. Por las alas, la confianza, el amor y la paciencia con la que me quieres.
Consigues que sienta que tú eres la elección más acertada de mi vida.

Para ti, el futuro amor de mi vida

Mi amor:
Quiero que sepas que esto es nuevo para mí. Cada palabra, cara mirada, cada “te quiero”. Aún no son 100% parte de mi ser, pero a la vez salen de lo más profundo de mi corazón. Tengo años imaginando tu sonrisa, tu mirada, tu voz. Ahora sé cómo son y no sé que decir…creo que es amor, pero no estoy segura, no me había sentido así antes. Tengo miedo, no puedo decir que no, mi corazón esta viajando a mil por hora a lugares desconocidos, no sueltes mi mano, por favor.
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Quiero que sepas que nunca he amado, pero he querido y me han roto el corazón. He regresado en mis pasos para recoger los pedazos, los he vuelto a unir, y ahora te lo doy, con cicatrices, pero late por ti. Guárdalo sin miedo pero con cuidado. Sé que crees que soy fuerte porque ando sola por la vida, pero te confieso que por dentro soy arena…caigo para levantarme de nuevo. No dejo que nadie lo sepa. ¿Guardas mi secreto?
Soy una caja de sorpresas. Voy a querer escribirte muchas cartas, hornear pasteles, llamarte en la madrugada, sólo para escuchar tu voz…pero también voy a hacer cosas sin avisarte, y te pido disculpas, no estoy acostumbrada a que alguien esté pendiente de mí. Estoy aprendiendo a equilibrar de nuevo mi vida. Tu llegada es el terremoto más dulce, pero aun así, has desordenado algo dentro de mí, y estoy aprendiendo a vivir así.
No sé discutir sin llorar, no sé ceder, nunca me he peleado con alguien tan importante como tú. Estoy loca, voy a gritar y hacer un berrinche, porque busco que me calles con un beso. Cállame y luego conversamos un acuerdo, pero primero bésame. Dame la mano al caminar, lo sentiré extraño pero me gusta.
Si algún día quieres llorar, hazlo, limpia el alma; jamás pensaré que eres débil; eres fuerte por mostrar tus lágrimas.
Dicen que lo bueno llega a los que esperan. Esperé bastante por ti y ya te encontré y tú me encontraste. Gracias por cruzarte en mi camino y no pasar de frente. Gracias por tu mirada, por tu corazón, por tu sonrisa. Iluminan mi vida más que un millón de estrellas. No soy cursi, creo que estoy enamorada de ti. Juro leerte esto cuando te conozca. Te quiero como siempre y para siempre.

Yo.

No busco alguien que me quiera eternamente, pero sí que en el ratito que lo haga de su vida lo haga bien.


Ni siquiera mucho. No busco que su vida gire en torno a mí, pero sí ser su primer pensamiento al despertar. Al acostarse nunca, porque espero estar ahí, a su lado, en  el último parpadeo que tenga en su día. Que si sueña conmigo, le parezca mediocre comparado con la realidad vivida.
Que no le importe que le haga esperar, tampoco que tenga mi vida fuera de él, pero que tenga siempre claro que en cualquier sitio que esté le dedicaré dos minutos de pensamiento, nunca más de dos, porque entonces ya mi vida, no sería vida. Y ya una vez pasé por ello, y el querer mucho nunca sale bien.
Es difícil querer en cierta medida a alguien, siempre llegamos a un punto en el que el amor se vuelve obsesión, queremos ser dueños de esa persona, cuando no hay nada más bonito que el que esa persona pueda elegir y que siempre te elija a ti.
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Que nunca dude que le deseo en todo momento, pero que tampoco me tenga segura. Cuando estamos seguros de algo o de alguien deja de tener la misma importancia. Somos así de absurdos.
Cada día debe ser una conquista nueva, un nuevo cruce de miradas, un primer beso, una primera sonrisa tímida, un primer roce que te deje la piel de gallina y con ganas de decir que no pare, que no pare nunca…
Tampoco quiero que me confunda con una chica florero. Me gusta arreglarme, ponerme guapa, mirarme en todos los espejos… Pero no por ello quiero que sólo me saque de paseo, ni que alardee de mí…  Me explico: no hay nada más gratificante que presuman de ti, por supuesto, pero también que te disfruten a solas, sin nada más que un camisón, o ni siquiera eso.
Que tenga claro la importancia de mis amigas en mi vida, aunque ello conlleve salir de fiesta, o quedar con más amigos… que nunca se preocupe de esas situaciones, porque será en las que yo presumiré de él.
Tampoco quiero que sea correcto en todos los aspectos de su vida, yo ni muchísimo menos lo soy… no podría estar con alguien al que le falte un poco de locura, un poco de “eso no se puede hacer”, un poco de romper las normas… pero que cuando tenga que tener cabeza, la tenga por los dos.
Y ni falta hace decir, que no quiero ser madre de nadie…  Nunca lo he sido y dudo mucho que sepa serlo sin parecer la mala de cualquier cuento de Disney. Simplemente quiero que cuando se equivoque yo no tenga que decírselo, ni mucho menos quiero que me pida perdón… nunca, solo, que sea capaz de corregirlo.
Para terminar, y ser un poquito más sincera de lo que ya he sido, debo deciros, que soy la reina de las mayores cagadas en lo que a relaciones se refiere, que se me ha tachado desde fría y no decir nunca ni media palabra de cariño, hasta obsesiva y llamar a todas horas solo por saber con quién estaba; de pasota y no buscar un hueco en 500 días para quedar, y celosa hasta decir basta; de risueña hasta el punto de que se pensaban que me estaba riendo de ellos, y desagradable hasta con un niño de 3 años; de soñadora, y no lo niego, con ayuda de algún estupefaciente, el cual me hacía mas vivir en mi mundo que en el suyo; y realista sin dar tregua ni reposo.
Quiero decir, que nunca sabré la chica que seré en una nueva relación, pero, oye… por pedir que no quede.

Alguien que quiera formar un equipo contigo para vivir la vida.

Honestamente no comprendo cómo la gente sale con tantas personas. Es caro, sin importar si eres hombre o mujer, te quita tiempo, y el 95% de las veces no sirve de nada. Entiendo las ganas de no querer estar solos, pero seamos honestos: te sigues sintiendo solo. La única diferencia es que ahora tienes compañía para sentirte solitario.
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDcumyv-hlEFsgQ22IfHTGAys6XkXqCpcBtxg56NXaQacRdxoqbe33_yhIkE_aH6s_MC68lnfAFvLBVal3w-3uc_L-3smYPj1rhzc8NozJKgId_2dJ-K3y5ZDjA_qwTGjGew5qgqGqr07B/s320/manos.JPGCreo que todos conocemos al menos una o dos personas que no han estado solteros en años y que nunca tienen una relación que dure más de 8 meses.
Es cierto que hoy en día tenemos más opciones de las que tenían antes, pero cuando se trata de encontrar a tu persona, tener más opciones sólo hace que sea más difícil.
Si vamos de relación en relación, todos vamos a terminar solos o involucrados en relaciones miserables. Y mientras, nuestra media naranja estará continuamente saliendo con la persona equivocada, tal como nosotros.
La verdad es que a pesar de que no sepamos quién es esta persona perfecta, casi siempre sabemos cuándo la persona que tenemos en frente no es lo que buscamos. Debería ser posible para ti eliminar el 80% de hombres de tu lista de candidatos después de haberlos conocido durante sólo una hora.
Si no puedes hacerlo, entonces no te conoces lo suficiente como para comprender lo que quieres. De cualquier manera, no estás listo para hacer que tu relación funcione: primero debes conocerte a ti mismo o arriesgarte a que la relación correcta falle.
Es fácil tener novios o novias. De hecho, todos parecen tener a alguien todo el tiempo. En vez de eso, busca un compañero: alguien que quiera formar un equipo contigo para vivir la vida.
Quédate con aquellos candidatos que puedan generar una relación que dé frutos. No gastes tu tiempo -ni el de ellos- si sabes que la relación no funcionará.
Los novios y las novias son para los niños y los adolescentes. Tú eres un adulto. Necesitas un compañero de vida, una pareja.
Necesitas alguien que esté contigo sin que se lo tengas que pedir. Alguien que siempre te cuide, que siempre se preocupe de ti, que siempre te apoye.
Necesitas un compañero porque sólo un compañero estará contigo en los momentos que más lo necesites. Aquellos momentos en los que la vida decida ver cuánto dolor y sufrimiento puedes soportar antes de rendirte.
La vida es muy especial a la hora de hacernos sufrir. A veces los golpes son veloces. Otras veces son lentos y derrotantes.
En momentos como estos tener un compañero a tu lado puede significar la diferencia entre la vida y la muerte, entre el éxito y el fracaso, entre la felicidad y la miseria.
Sin embargo, lo más bello de tener un compañero con quien compartir tu camino es la forma en la que te permite ir más allá de las limitaciones que nos impone la vida.

Y eso es maravilloso.


Sólo porque me haces querer serlo


Voy a ser la mejor novia que hayas tenido jamás. Sí. Voy a serlo porque quiero, porque tú lo eres conmigo. Me voy a reír de todas tus bromas, incluso si significa que seré la única riéndome contigo. Voy a sonreír cada vez que nuestras miradas se encuentren, porque lo siento así. Voy a pasar mis domingos contigo, viéndote saltar de emoción cuando tu equipo favorito marque un gol, siempre que tu me acompañes a una librería de vez en cuando. Te voy a ayudar a preparar la cena, pero sólo si prometes ayudarme a limpiar después. Y si me quieres ahí contigo, veremos todas las películas de acción y superhéroes juntos, pero sólo si estás dispuesto a ver una comedia romántica conmigo. También voy a tomar cerveza (o vino) contigo mientras me hablas de cómo te fue en el trabajo. Y cuando estés enfermo, voy a hacer mi mejor esfuerzo para hacerte sentir mejor con todas las caricias y besos que pueda darte. Y espero que tú hagas lo mismo.
Voy a darte tu propio espacio. Y espero que tú me des el mío. Voy a preguntarte cómo estuvo tu día –no por rutina, si no por curiosidad-, porque quiero saber qué partes de tu día te hicieron sonreír y cuáles te hicieron enojar. Voy a sorprenderte en distintas ocasiones, y a mimarte diariamente. Igual que espero que tú lo hagas por mí.
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Prometo serte leal. Porque al final del día, eres el único que quiero. Voy a ser la que comparta tus esperanzas, tus sueños y tus miedos. Seré tu diario andante. Seré real, y prometo decirte las cosas como son. Porque no mereces menos. Haré lo posible por considerar tus pensamientos y sentimientos, y aunque no sea capaz de llenar tus zapatos de talla 42, haré mi mejor esfuerzo por caminar con ellos antes de juzgar tus pasos. Así que espero que tú trates de ponerte en mi lugar también.
Voy a gritar y voy a llorar. Mis inseguridades y celos eventualmente van a salir a la luz sin importar cuánto trate de esconderlas. Habrán ocasiones en las que no tendrán mucho sentido. Cuando esté confusa o preocupada, voy a hacer preguntas, muchas preguntas. A veces van a ser largas y estúpidas, así que voy a necesitar que seas paciente conmigo. Voy a darte largos silencios cuando esté molesta, y voy a evitar contacto contigo cuando no esté lista para hablarte. También voy a hacerte enfadar, pero como no soy capaz de leer tu mente, voy a necesitar que me lo digas. Y mientras discutamos, voy a intentar considerar tus sentimientos y ser justa. Así que te pido que tú hagas lo mismo por mí.
Voy a tratarte como me gustaría que tú me tratases. Quiero ser todo lo bueno para ti, y aunque ya sé que no siempre puede ser así, voy a esforzarme. No puedo prometerte que seré perfecta, pero como tu novia, voy a hacer todo lo que pueda para ser la mejor que hayas tenido jamás.
Sólo porque me haces querer serlo.

EL AMOR. Carta de Albert Einstein a su hija

A Lieserl Einstein. Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmi...