Honestamente no
comprendo cómo la gente sale con tantas personas. Es caro, sin importar si eres
hombre o mujer, te quita tiempo, y el 95% de las veces no sirve de nada.
Entiendo las ganas de no querer estar solos, pero seamos honestos: te sigues
sintiendo solo. La única diferencia es que ahora tienes compañía para sentirte
solitario.
Creo que todos conocemos
al menos una o dos personas que no han estado solteros en años y que nunca
tienen una relación que dure más de 8 meses.
Es cierto que hoy en día tenemos más opciones de
las que tenían antes, pero cuando se trata de encontrar a tu persona, tener más
opciones sólo hace que sea más difícil.
La verdad es que a pesar de que no sepamos quién
es esta persona perfecta, casi siempre sabemos cuándo la persona que
tenemos en frente no es lo que buscamos. Debería ser posible para ti eliminar
el 80% de hombres de tu lista de candidatos después de haberlos conocido
durante sólo una hora.
Si no puedes hacerlo, entonces no te conoces lo
suficiente como para comprender lo que quieres. De cualquier manera, no estás
listo para hacer que tu relación funcione: primero debes conocerte a ti mismo o
arriesgarte a que la relación correcta falle.
Es fácil tener novios o novias. De hecho, todos
parecen tener a alguien todo el tiempo. En vez de eso, busca un
compañero: alguien que quiera formar un equipo contigo para vivir la vida.
Quédate con aquellos candidatos que puedan generar
una relación que dé frutos. No gastes tu tiempo -ni el de ellos- si sabes
que la relación no funcionará.
Los novios y las novias son para los niños y los
adolescentes. Tú eres un adulto. Necesitas un compañero de vida, una
pareja.
Necesitas alguien que esté contigo sin que se lo
tengas que pedir. Alguien que siempre te cuide, que siempre se preocupe de ti,
que siempre te apoye.
Necesitas un compañero porque sólo un
compañero estará contigo en los momentos que más lo necesites. Aquellos
momentos en los que la vida decida ver cuánto dolor y sufrimiento puedes
soportar antes de rendirte.
La vida es muy especial a la hora de hacernos
sufrir. A veces los golpes son veloces. Otras veces son lentos
y derrotantes.
En momentos como estos tener un compañero a
tu lado puede significar la diferencia entre la vida y la muerte, entre el
éxito y el fracaso, entre la felicidad y la miseria.
Sin embargo, lo más bello de tener un compañero
con quien compartir tu camino es la forma en la que te permite ir más allá
de las limitaciones que nos impone la vida.
Y eso es maravilloso.
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